EL TRÁNSITO DE UN CURRÍCULO POR CONTENIDOS HACIA UN CURRÍCULO POR COMPETENCIAS NO ES FÁCIL.
Cuando observamos el desempeño de una persona frente a situaciones de su vida diaria, decimos que es competente cuando, su actuación es idónea, eficiente y cualificada (García Fraile y Tobón, 2008).
Veamos la siguiente ilustración de Quino, el famoso creador de Mafalda. ¿Qué ha cambiado en el mundo desde las últimas décadas del siglo XX? A finales del siglo XX el mundo alcanza un desarrollo social y tecnológico nunca antes visto, el cambio constante y la globalización son sus principales características.
A decir del Dr. Sergio Tobón, esta contemporaneidad se caracteriza por la pluralidad y las interrelaciones continuas en lo social, lo político, lo ambiental y lo económico. Asimismo, implica cambios como la flexibilidad en los procesos laborales, la inestabilidad del empleo, el comercio electrónico que supera al tradicional, la desintegración de la sociedad nacional e industrial y la emergencia de las identidades abiertas en contra de la identidad mono cultural tradicional, entre otros procesos.
Así mismo, la globalización exige ir de la mano con la construcción de la sociedad del conocimiento, que no es lo mismo que la sociedad de la información. La sociedad del conocimiento plantea a la educación la formación de ciudadanos que sepan procesar, comprender, crear, innovar, aplicar y compartir el conocimiento con análisis crítico y bajo principios democráticos, interculturales y de solidaridad para contribuir a resolver los problemas actuales y futuros de nuestra sociedad peruana, latinoamericana y mundial.
En este contexto, las personas requieren desarrollar otro tipo de aprendizajes, que les permitan afrontar los nuevos retos que el mundo actual les presenta. Es decir, el ciudadano de hoy necesita ser capaz de procesar, con la mente abierta, la información a la que tiene acceso, discutirla, compararla, producir nueva información y, lo más importante, aprender a utilizarla para entender y resolver diversas situaciones en distintos ámbitos de su vida, buscando el mejoramiento continuo de las condiciones y calidad de vida, así como la convivencia y la búsqueda del equilibrio y sustentabilidad ambiental. De esta manera, desenvolverse implica poseer aprendizajes complejos y no rutinarios, los cuales dan origen a las llamadas competencias, las mismas que se sustentan en el desarrollo de una serie de aprendizajes fundamentales y específicos de diversa naturaleza.
¿Qué significa ser competente?
Saber actuar sobre la realidad y modificarla, sea para resolver un problema o para lograr un propósito, haciendo uso de su conocimiento con pertinencia a contextos específicos. Actúa sobre la realidad para modificarla…
Ser competente supone la actuación en el propio contexto donde nos desenvolvemos regularmente y que es diferente al contexto en el que aprendimos. En otras palabras, la competencia se demuestra en acciones concretas.
Si un estudiante aprende muchos conocimientos de matemáticas, pero no comprende la utilidad de dichos conocimientos, ni está en condiciones de aplicarlos en problemas contextualizados con idoneidad y ética, entonces no tiene competencias.
El enfoque por competencias en el currículo escolar del Perú
En la década de los 90 a nivel mundial se llevan a cabo una serie de congresos y reuniones para revisar y analizar la situación de la educación en el mundo y, a partir de ahí, replantear los sentidos que debe tener la educación para las nuevas generaciones del siglo XXI. En ese marco, en el año 1995 el Perú inicia una reforma curricular que introduce el enfoque por competencias el cual se implementó a través del programa de articulación inicial y primaria.
Sin embargo, el enfoque por competencias aparece en el currículo nacional peruano, de manera fragmentada en sus componentes, es decir, los conocimientos, capacidades, actitudes se abordan de manera separada. Además, se planteaba logro de competencias por ciclos y, en algunos casos, la secuenciación entre una competencia de un ciclo y la de otro ciclo no mantenían la progresión adecuada. Frente a esta situación, a partir de la construcción del actual sistema curricular nacional se pretende resituar el sentido cabal de la competencia en tanto éste significa fundamentalmente un “saber actuar” integrado a través de la combinación de aprendizajes de diversa índole, alrededor de una situación de la vida real que demanda un desempeño complejo, integral y sistémico
(García Fraile y Tobón, 2008).
Por otra parte, el tránsito de un currículo por contenidos hacia un currículo por competencias no es fácil, pues provenimos de una cultura escolar en la cual los contenidos disciplinares tienen mucha importancia como objetivos de la educación y como propósito didáctico del docente. Cambiar esta situación conlleva a reformar el modo de pensar la práctica educativa y asumir que el paradigma de la "educación centrada en las competencias" promueve una lógica contraria: Ahora es esencial que los estudiantes (y no nosotros los docentes) puedan enfrentarse a una tarea relevante (situada) que generará aprendizaje por la "puesta en marcha" de todas las capacidades necesarias para su resolución (Pimienta y Enríquez, 2009).
Entonces, lo que se trata es hacer de la educación una herramienta que capacite a los y las estudiantes con competencias para resolver problemas y alcanzar sus propósitos, utilizando los conocimientos de manera pertinente y eficaz en situaciones de aprendizaje que los inviten a movilizar sus recursos y así desarrollar competencias fundamentales y específicas para ser mejores personas, mejores ciudadanos y mejores trabajadores.
En definitiva, en un enfoque por competencias lo más importante es formar personas que sepan emplear el conocimiento en la resolución de problemas de su contexto familiar, comunitario, social y escolar, en lugar de tener una gran cantidad de contenidos poco significativos para la mente del niño. Desarrollar competencias implica aprender a elegir y combinar los aprendizajes adquiridos en cada circunstancia, para afrontar toda clase de retos a lo largo de la vida.
El enfoque por competencias y sus implicaciones en la práctica docente
a) Para que los estudiantes puedan adquirir y desarrollar competencias, debemos generar situaciones, problemas y retos de aprendizaje que respondan al contexto personal, social, cultural, ambiental-ecológico y escolar de los estudiantes y que, a partir de ello, puedan aprender y movilizar conocimientos, habilidades, destrezas y actitudes de manera articulada, dentro y fuera de la escuela.
b) Los procesos de enseñanza y aprendizaje en un enfoque por competencias conlleva a asumir que la mediación docente debe generar espacios y oportunidades para que los estudiantes se enfrenten y resuelvan problemas pertinentes y significativos del contexto poniendo en acción los conocimientos adquiridos, así podrán comprender y valorar la utilidad y funcionalidad de los saberes como herramientas para hacer frente a los problemas de la vida cotidiana.
c) En un enfoque por competencias los contenidos son necesarios y se encuentran en diversas fuentes, como libros, internet, docentes, padres y personas de la comunidad, constituyen recursos o medios que los estudiantes adquieren o movilizan para abordar las situaciones de aprendizaje en un determinado contexto. Ya no son un fin en sí mismos. Lo pertinente es plantearlos alrededor de actividades y problemas, para que los estudiantes los perciban como útiles y funcionales y se apropien significativamente de dichos contenidos. Es bueno considerar que, los conocimientos, las actitudes y las habilidades están al servicio de la competencia en la resolución de problemas.
d) Para que los estudiantes desarrollen y dominen las competencias se requiere la mediación docente de forma sostenida a lo largo de la Educación Básica Regular (EBR), pues no es posible observar resultados de un día para otro, es un proceso gradual y complejo que exige una diversidad de situaciones de aprendizaje integradoras para que adquieran, desarrollen y consoliden los aprendizajes necesarios para el desarrollo y dominio de la competencia, en la intencionalidad de formar personas idóneas, competentes. En conclusión, llegar a desarrollar y dominar una competencia requiere habitualmente mucho tiempo, apoyo cognitivo y emocional, y un compromiso sostenido con la tarea.
e) Para alcanzar el desarrollo y dominio de las competencias demandas al estudiante se requiere ejercitar la capacidad de reflexionar sobre sus propio desempeño y actuaciones, para lo cual el necesario facilitarle el ejercicio de la metacognición a través de preguntas movilizadoras que provoquen autoevaluarse y autorregularse, de manera que cada vez sea más consciente e idóneo en sus actuaciones, en el marco del mejoramiento continuo de su desempeño.
f) La adquisición y desarrollo de las competencias en los estudiantes implica una mediación docente que reconozca y favorezca la dimensión ética de la persona, para que actúe con base en valores, asumiendo ciertos criterios esenciales de responsabilidad social y sentido ético en sus actuaciones. Pues para decir que un estudiante es competente es imprescindible que actúe evidenciando actitudes positivas hacia sí mismo, a los otros y a su entorno natural.
g) Para llegar a ser competente se requiere dedicación, concentración y perseverancia durante el desarrollo de las tareas que conlleva a la realización de las actividades de aprendizaje para el desarrollo de la competencia. En ese sentido la mediación docente debe favorecer la formación de los rasgos del carácter del estudiante, tales como: la confianza en sí mismo, el sentimiento de dignidad y, al mismo tiempo, la modestia, además la exigencia para sí mismo y la valoración crítica de sus propias cualidades.
h) En un enfoque por competencias no puede haber un “ya fue enseñado y punto final”, puesto que la competencia se desarrolla y, en este sentido, siempre seguirá perfeccionándose conforme el ambiente escolar y social brinde diversas, variadas y ricas experiencias de aprendizaje en complejidad y profundidad durante su itinerario escolar. Todo ello, implica que las actividades de aprendizaje se organicen de manera flexible que permitan desarrollar los conocimientos, habilidades, destrezas y actitudes en distintos momentos, en diferentes niveles y empleando diversas formas de presentación, retomándolos con nuevas relaciones y otros contenidos, tomando nuevas aplicaciones, nuevos ejemplos, planteando mayor nivel de progresión y complejidad.
i) La gestión del currículo (Rutas del Aprendizaje), desde el enfoque por competencias no es seleccionar las competencias como si fueran objetivos; tampoco es elegir contenidos sin saber cómo se relacionarán con las competencias. De lo que se trata es de diseñar, ejecutar y evaluar las actividades en torno a la resolución de problemas del contexto, que permitan a los estudiantes adquirir, desarrollar y movilizar conocimientos, habilidades, destrezas y actitudes en forma de actuaciones integrales con la intencionalidad de formar las competencias.
VIOLENCIA EN LOS ADOLESCENTES.
1) INTRODUCCIÓN
Hay una gran preocupación social por el aumento de comportamientos violentos en los adolescentes, que ha ido creciendo considerablemente en los últimos años y cada vez a edades más tempranas, produciendo graves problemas difíciles de afrontar en las Instituciones Educativas e institutos.
La adolescencia es una etapa en la que el joven experimenta grandes cambios de personalidad. Se producen cambios de conducta e inestabilidad emocional, son jóvenes con mucha energía que han de aprender a controlar sus impulsos. Es una etapa en la que están formando su identidad, por lo que sus futuros comportamientos dependerán en gran medida de cómo superen todos estos cambios.
Los adolescentes violentos son aquellos que no se ajustan a las normas, son impulsivos, intolerantes e inconformistas. En las Instituciones Educativas, provocan disturbios y en ocasiones suelen actuar amenazando a sus compañeros.
Algunos de estos adolescentes llegan a participar en peleas, agrediendo físicamente por medio de golpes o con algún objeto o incluso con armas y pudiendo causar daño físico a él mismo o a otras personas. En estos casos pasan de ser un adolescente violento para convertirse en un delincuente
2) Factores externos (urbanos), internos (familiares y personales) que alientan a la violencia. Con respecto a los factores internos (familia):
Una gran parte de la violencia que existe en nuestra sociedad tiene su origen en la violencia familiar. La intervención a través de la familia es especialmente importante porque a través de ella se adquieren los primeros esquemas y modelos en torno a los cuales se estructuran las relaciones sociales y se desarrollan las expectativas básicas sobre lo que se puede esperar de uno mismo y de los demás, esquemas que tienen una gran influencia en el resto de las relaciones que se establecen.
La mayoría de los niños y adolescentes han encontrado en el contexto familiar que les rodea condiciones que les han permitido desarrollar una visión positiva de sí mismos y de los demás, necesaria para: aproximarse al mundo con confianza, afrontar las dificultades de forma positiva y con eficacia, obtener la ayuda de los demás o proporcionársela; condiciones que les protegen de la violencia. En determinadas situaciones, sin embargo, especialmente cuando los niños están expuestos a la violencia, pueden aprender a ver el mundo como si solo existieran dos papeles: agresor y agredido, percepción que puede llevarles a legitimar la violencia al considerarla como la única alternativa a la victimización. Esta forma de percibir la realidad suele deteriorar la mayor parte de las relaciones que se establecen, reproduciendo en ellas la violencia sufrida en la infancia.
Los estudios sobre las características de los adultos que viven en familias en las que se produce la violencia reflejan que con frecuencia su propia familia de origen también fue violenta. Existe suficiente evidencia que permite considerar a las experiencias infantiles de maltrato como una condición de riesgo, que aumenta la probabilidad de problemas en las relaciones posteriores, incluyendo en este sentido las que se establecen con los propios hijos y con la pareja. Conviene dejar muy claro, sin embargo, que la transmisión del maltrato no es algo inevitable. La mayoría de las personas que fueron maltratadas en su infancia (alrededor del 67%) no reproducen dicho problema con sus hijos. Y el maltrato en la vida adulta se produce también en personas que no fueron maltratadas en su infancia.
Existe actualmente un creciente consenso en conceptualizar el maltrato de los niños por sus padres como el deterioro extremo de las relaciones que se producen en el contexto familiar. Y puede definirse como: "el tratamiento extremadamente inadecuado que los adultos encargados de cuidar al niño le proporcionan y que representa un grave obstáculo para su desarrollo".
El maltrato contribuye a deteriorar aún más la interacción familiar al:
1) Disminuir la posibilidad de establecer relaciones positivas;
2) Repetirse crónicamente y hacerse con ello más grave; y
3) Extenderse a las diversas relaciones que en el sistema familiar se producen
Suele darse una estrecha asociación entre la utilización de la violencia con los niños y su uso entre los adultos que con ellos conviven. Los estudios realizados, en este sentido, encuentran que más del 40% de los padres que maltratan a sus hijos tienen relaciones violentas entre sí. Los estudios realizados sobre mujeres maltratadas reconocen que vivir dichas situaciones genera en los niños problemas similares a los que produce el hecho de ser maltratados directamente.
Existe actualmente un gran consenso en aceptar que la probabilidad de la violencia aumenta cuando el nivel de estrés que experimentan los padres es superior a su capacidad para afrontarlo.
Una importante fuente de estrés familiar procede, sin lugar a duda, de las condiciones extremas de pobreza y de las dificultades que de ella suelen derivarse en la vivienda familiar (condiciones higiénicas, falta de espacio, temperaturas extremas...). En función de lo cual puede explicarse por qué dichas condiciones extremas son una condición de riesgo Psico-social para las personas que en ellas se encuentran, incluyendo en este sentido el riesgo de violencia. Conviene tener en cuenta que la pobreza no produce por sí sola la violencia, sino que aumenta su probabilidad. En otras palabras, que la mayoría de las familias que atraviesan por dificultades económicas graves no son violentas; y que la violencia se produce en todas las clases sociales.
De lo anteriormente expuesto se deduce que una de las actuaciones necesarias para eliminar la violencia familiar es mejorar las condiciones de vida de las familias que atraviesan por graves dificultades económicas.
Con respecto a los factores externos (sociedad):
Conviene tener en cuenta, por otra parte, que determinadas actitudes y creencias existentes en nuestra sociedad hacia la violencia y hacia los diversos papeles y relaciones sociales en cuyo contexto se produce (hombre, mujer, hijo, autoridad, o personas que se perciben como diferentes o en situación de debilidad, ...) ejercen una decisiva influencia en los comportamientos violentos. De lo cual se deriva la necesidad de estimular cambios que favorezcan la superación de dichas actitudes; entre los que cabe destacar, por ejemplo:
1) La crítica de la violencia en todas sus manifestaciones y el desarrollo de condiciones que permitan expresarse y resolver conflictos sin recurrir a ella. Extendiendo dicha crítica al castigo físico, como una de las principales causas que origina la violencia, y sensibilizando sobre el valor de la comunicación como alternativa educativa.
2) La conceptualización de la violencia como un problema que nos afecta a todos, y contra el cual todos podemos y debemos luchar. Y la sensibilización sobre los efectos negativos que tiene la violencia no sólo para la víctima sino también para quien la ejerce, al deteriorar las relaciones y el contexto en el que se produce.
3) La comprensión del proceso por el cual la violencia genera más violencia así como de la complejidad de las causas que la originan; y la superación del error que supone atribuir la violencia a una única causa (la biología, la televisión...); causa que suele utilizarse como chivo expiatorio, excluyendo a quién realiza dicha atribución de la responsabilidad y posible solución al problema.
4) El desarrollo de la tolerancia como un requisito imprescindible del respeto a los derechos humanos, y la sensibilización de la necesidad de proteger especialmente, en este sentido, a las personas que se perciben diferentes o en situación de debilidad, situación en la que todos podemos encontrarnos.
5) La superación de los estereotipos sexistas, y especialmente de la asociación de la violencia con valores masculinos y la sumisión e indefensión con valores femeninos.
3) Problemas que presenta la violencia para la escuela y para la sociedad.
Las distintas formas de violencia, intimidación y victimización que se producen en la escuela tienen consecuencias sobre todas las personas que en ella conviven. Así:
1. En la víctima produce miedo y rechazo del contexto donde sufre la violencia, pérdida de confianza en uno mismo y en los demás. Y otros problemas derivados de la situación a la que se ve sometido repetidamente: bajo rendimiento, baja autoestima, aislamiento...
2. En el agresor acentúan los problemas que le llevaron a su abuso. Disminuye su capacidad de comprensión moral y de empatía. Refuerza su estilo violento que obstaculiza entablar relaciones positivas con el entorno.
3. En las personas que no participan directamente de la violencia pero que conviven con ella sin hacer nada para evitarla puede producir parecidos efectos a los de la víctima aunque en grado menor.
4. En el contexto institucional, la violencia reduce la calidad de vida de las personas, dificulta el logro de objetivos y aumentan los problemas y tensiones que la generaron, activando un proceso en espiral escalonada de consecuencias imprevisibles.
4) Medios con los que cuenta la escuela para solucionarlos
La escuela, cuenta principalmente con el apoyo de los profesores para solucionar estos tipos de problemas. Los profesores deberán ser muy cuidadosos en lo que respecta a estos problemas, pues pueden ser los primeros en detectar casos de agresión o recibir las quejas de un niño agredido. Por ello, deben comprender que la escuela es un lugar que obliga a la convivencia de diferentes personalidades, y que los conflictos siempre estarán latentes. Aunque seguramente la experiencia de los profesores será amplia, podemos recomendarles:
-No castigar, etiquetar, rechazar ni apartar a los niños conflictivos, ya que estas actitudes, lejos de mejorar el comportamiento, alteran la situación. Es una forma de violencia psicológica.
-Es recomendable conversar con el niño que ocasiona problemas y hacerse su amigo, para que encuentre mejor comunicación y confianza.
-Siempre que detecte cambios de conducta en los alumnos, deberá notificar a los padres, procurando que esta situación sea en privado y no durante las juntas, frente a otros jefes de familia.
Aunque no está en manos de los maestros modificar actitudes que se originan fuera de la escuela, ni podrán convertir al colegio en un "territorio neutral", sí está dentro de sus posibilidades lograr acuerdos de todas las partes implicadas y mejorar los mecanismos reales de participación que fomenten la responsabilidad compartida
5) Reflexión personal, como conclusión.
La edad de la adolescencia es la edad más problemática de todas las etapas de la vida, pero también es la más confortable. Lamentablemente el adolescente de hoy tiene diferentes problemas que le impiden que la adolescencia sea segura.
Los principales problemas son las drogas, el alcohol, el cigarrillo, las enfermedades alimenticias y el sexo, siempre formaron parte de la adolescencia pero nunca se destacaron tanto como hoy en día.
El nivel de agresividad y violencia creció notablemente en los últimos años, yo creo que esto se debe, principalmente a la sociedad, ya que los problemas de violencia reflejan el entorno social. También se debe a la relación que existe entre el adolescente y su familia. Ahora, hay mucha falta de diálogo, falta de consejos entre padres y los hijos. La familia, tiene mucho que ver con la conducta de un joven, porque la familia es el ejemplo principal del hijo.”Los jóvenes ven a sus padres nerviosos, amargados, desocupados o sobreocupados, y eso los altera, los pone violentos, irracionales e impulsivos “dice el sicoanalista Fernando Osorio, con respecto a este comentario, la sociedad también está relacionada porque quizás, los padres están nerviosos o amargados por la falta de trabajo, por el precio de los alimentos, por la educación de sus hijos, porque no les alcanza el dinero, por el comportamiento de sus hijos, etc...
La familia es el punto de partida para lograr la formación adecuada de un adolescente, hablando y aconsejándolo es la mejor manera de lograr la confianza y la mejor educación.
Debemos tener en cuenta que un adolescente es como un motor en funcionamiento, hay que saber controlarlo a tiempo. A través de las Instituciones, la Familia, la Escuela, la Iglesia... sean guías útiles y no dejar que elijan un camino equivocado, porque los adolescentes y la sociedad no están perdidos , como existen jóvenes prostitutas, drogadictos, delincuentes, etc., También existen buenos hijos, buenos estudiantes, familias ejemplares...
Hay que ayudar a que los adolescentes que toman el camino equivocado, tomen el camino correcto para lograr que el día de mañana, esos jóvenes sean quienes cambien la sociedad.
SOBRE EDUCACIÓN EN LA PRETENCIÓN DE UNA REVOLUCIÓN EDUCATIVA.
SOBRE EDUCACION EN EL AÑO 2012.